Cada vez son más las empresas que se quieren posicionar a nivel internacional y expandir su mercado más allá de las fronteras españolas. Además, con el aumento del teletrabajo, ya es una realidad trabajar para una empresa alemana desde un pueblo de la Sierra de Francia. ¿Qué provoca esta situación? Documentos en distintos idiomas. Es entonces cuando contar con una traducción jurídica profesional pasa a ser fundamental.
Desde contratos mercantiles hasta documentos laborales, pasando por solicitudes de licencias públicas. La traducción jurídica es un tipo de traducción compleja que no se puede hacer a la ligera. Por eso, deben ser profesionales quienes se encarguen de estas traducciones, puesto que cualquier error puede traer consecuencias legales. Contar con un traductor jurídico experto y de confianza es de máxima importancia.
Te contamos cuáles suelen ser los errores más frecuentes en las traducciones jurídicas y la importancia de rodearse de profesionales para realizar estos trabajos.
Errores más frecuentes
Sistema judicial de cada país
Si tu empresa necesita la traducción de algún documento jurídico, es muy importante que el traductor conozca en profundidad el sistema judicial tanto del país de origen como del país de destino de la documentación. Esto es crucial para que la traducción sea lo más correcta posible.
La traducción consiste en la descodificación lingüística pero también la conceptual. Por eso, es esencial que el traductor tenga gran conocimiento del sistema judicial tanto del país de origen de la documentación a traducir como del país de destino. La estructura del sistema judicial puede ser muy diferente entre países e incluso que no existan equivalencias directas. Por ejemplo, dos países como son Inglaterra y Estados Unidos, comparten una misma lengua y también la denominación para un órgano jurisdiccional, el High Court, pero cuidado, con competencias y funciones muy diferentes en ambos países.
O en el caso de los juzgados de lo social españoles, comparten semejanzas en cuanto a competencias con los Conseils de prud’hommes y los tribunaux des affaires de sécurité sociale de Francia, pero son más las diferencias que las semejanzas que los unen. Con lo cual, habría que aplicar una traducción explicativa y no literal.
Siglas y acrónimos
En el Derecho anglosajón suele ser muy habitual incorporar siglas o acrónimos y esto puede crear errores en la traducción jurídica. En estos casos, la labor del traductor es realizar un trabajo de investigación para encontrar el significado y transmitirlo así en español.
Por ejemplo, NDA (Non Disclosure Agreement) significa Contrato de Confidencialidad; ADR (Alternative Dispute Resolution) se traduciría por los métodos alternativos de solución de conflictos.
Es importante que el traductor jurídico que contrates sepa realizar esta investigación y saber cómo resolver las siglas o los acrónimos que se vaya encontrando.
Falsos amigos
Los falsos amigos son muy habituales a la hora de traducir cualquier documento y, sobre todo, dentro del mundo de la traducción jurídica.
En inglés, por ejemplo, algunos de los más conocidos o habituales que pueden dar lugar a error y arruinar una traducción son:
- Action: en un documento jurídico, no se refiere a una acción o actuación, sino que suele referirse a un «procedimiento judicial».
- Serve: se emplea en el contexto judicial, no con el sentido de servir, sino de «notificar».
- Instrument: no es un instrumento musical, sino un «documento legal» empleado para llevar a cabo un determinado negocio jurídico.
Hay que tener mucho cuidado con los falsos amigos, puesto que son palabras que pertenecen a idiomas distintos, pero tienen una gran similitud en su forma escrita o en su pronunciación y eso da lugar a confusión. Un buen traductor jurídico ha de tener mucho cuidado con ellos y evitar la traducción literal.
Formato del documento original
A la hora de traducir un documento es muy importante respetar su formato original. Por ello, es recomendable no utilizar plantillas o documentos modelo. La traducción debe situarse dentro del contexto adecuado para que el destinatario lo entienda e interprete correctamente.
Las sentencias de los distintos Juzgados o Tribunales no se suelen parecer en nada a las sentencias españolas, con lo cual hay que evitar copiar el formato español a la hora de traducir una sentencia y lo mismo con el resto de documentos jurídicos.
Conclusión
Como puedes ver, la traducción jurídica requiere de profesionales y no puedes confiar en cualquiera para la traducción de un documento legal. Por ejemplo, Intertext ofrece un servicio especializado en traducción jurídica y solo trabajan con traductores expertos en la materia. Llevan más de 30 años prestando servicios de traducción jurídica. Sus traductores son nativos especializados en este tipo de traducciones, con lo cual no cometen los típicos errores a la hora de traducir.
Además, otra garantía de calidad es que Intertext ha sido certificada según las normas ISO 9001 e ISO 17100, siendo en 2005 la primera empresa de Cataluña y la segunda de España en obtener esta última. Así que si necesitas una traducción jurídica, no lo dudes y confía siempre en profesionales especializados para evitar una mala pasada.
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